
¡Uf! ¿Ser mujer? Ser mujer es la cosa más rica que hay. Vivo enamorada de serlo. Vivo enamorada de nuestra sensibilidad y de nuestra fortaleza, de nuestros sentimientos y rabietas, de nuestro genio y de nuestros amores.
Ser mujer implica un reto constante, una batalla que ha de librarse día tras día, pero por ser mujer yo la hago.
Para mi ser mujer es un tipo de revolución educada y con sabor a victoria pese a las grandes dificultades que se nos presentan. Es un café caliente por la mañana, un beso apasionado por la tarde y una dulce caricia casi imperceptible antes de dormir. Es la libertad de andar sin brasier cada vez que lo decida y de encantar con esta coquetería que sólo nosotras podemos dar cada vez que queramos.
Ser mujer es un tipo de milagro de esos que ya casi no se ven, es un mar de deliciosas sensaciones y de cambiantes pensamientos. Ser mujer es mi pequeña revolución, y qué cosa más rica es.